CRISIS?… FORME EQUIPOS GANADORES EN LA TOMA DE DECISIONES.

“Las oportunidades son como los cometas, si usted espera demasiado sólo las verá pasar”. William Arthur Ward, escritor inglés.

Actualmente se le concede cada vez una mayor importancia a la participación de todos los elementos que integran un grupo o equipo de trabajo, en la toma de decisiones, no porque se haya prescindido totalmente de la toma de decisiones hecha exclusivamente por el líder del grupo (gerente, jefe, supervisor, etc.) sino porque hay ocasiones en que se debe aprovechar el conocimiento y la experiencia de un mayor número de personas, para tomar mejores decisiones.

Además, cuando la gente participa en la toma de la decisión, se siente más comprometida en lograr los resultados deseados, convirtiéndose en un poderoso motivador para los trabajadores el que se les tome en cuenta en el momento de decidir.

Hoy en día realizar bien el trabajo no es suficiente para el éxito de los emprendimientos empresariales, por lo que no podemos olvidarnos de la influencia de la «inteligencia emocional»; es decir, el adoptar una actitud abierta y responsable de cooperación y adaptarla a las normas, valores, modos de trabajar y estructura de la empresa.

La manera más adecuada de proceder a la hora de tomar decisiones, es analizar la situación desde todos los puntos de vista posibles. Esto servirá para actuar con seguridad y convicción, a la hora de implementarlas.

Independientemente, también, de cuál sea nuestra posición en la empresa, podemos solicitar la cooperación de los demás, y agradecer sus ideas. Hay que saber lo que puede rendir cada empleado, cuáles son las responsabilidades y requerir de su punto de vista, pero siempre con educación y asertividad, conductas que indican seguridad en nuestra capacidad de liderazgo y confianza en las competencias de los demás.

LA FORMACION DE EQUIPOS POR DELEGACION

Tanto la toma de decisiones como la organización laboral se asientan en la facultad de delegar. No se trata de dar más trabajo o responsabilidad a los subordinados, sino mejor trabajo, con el fin de que todos nos centremos en lo que es valioso para la empresa. La delegación evidencia el éxito directivo si va acompañada de un buen criterio de selección, formación y refuerzo.

Es importante para toda la organización que los objetivos empresariales y la visión de negocios estén bien concretados y definidos, con una múltiple finalidad:

  • Optimizar los recursos disponibles]
  •  Solucionar, de una manera integrada y eficaz, los problemas reales que puedan generarse.
  • Lograr una eficaz comunicación entre todos los interlocutores para la consecución de los objetivos establecidos.
  • Establecer mecanismos de coordinación y de un riguroso método de procedimiento de trabajo, que refuercen notablemente la implicación y el compromiso del personal para cumplir con los plazos acordados.

Todos hemos “sufrido” en alguna ocasión las consecuencias de decisiones ajenas y sabemos que es fácil “descubrir” cuando son erróneas y que es más sencillo incluso admitir la equivocación cuando no hemos sido partícipes de ella. También sabemos que nos resulta mucho más sencillo sentirnos cómodos cuando sí hemos sido partícipes del proceso de toma de decisión y es más, frases como “si me parece bien, pero me lo podías haber consultado antes” son cotidianas.

Al trasladar esta situación al mundo de la empresa y en el contexto actual, se hace especialmente importante la participación de los empleados. Es muy rara una decisión que pueda tomar una empresa y que no afecte de una u otra forma a la dinámica cotidiana de los empleados. Da igual si se tratan de decisiones estratégicas o puntuales, si afectan a toda la plantilla o a unos cuantos o si suponen un cambio radical o una pequeña modificación de los procesos internos. Absolutamente todas las decisiones tienen un impacto sobre el futuro de la empresa y sobre los integrantes de la misma, por lo que es conveniente evitar esa situación de descontento que casi siempre provocan las decisiones impuestas.

Por su parte, algunas empresas están acostumbradas a los gerentes que no cuentan con nadie y no trasmiten ninguna información. Sin embargo, son muy raras las situaciones en las que este tipo de políticas pueden funcionar adecuadamente. Por lo general, las empresas en las que un solo individuo toma las decisiones de forma completamente autónoma se benefician de la rapidez en la toma de decisiones. El problema de este tipo de decisiones reside en que no siempre se dispone de una visión global de la situación, de toda la información necesaria para que la alternativa elegida sea la más beneficiosa y, lo que es más complicado, la responsabilidad de la ejecución recae sobre otras personas por lo que, en caso de producirse un fallo en los objetivos, la responsabilidad del fracaso no recae sobre el responsable de la decisión, sino sobre el empleado que la ha ejecutado.

Una buena opción frente a esta situación se encuentra en establecer un pequeño intervalo de consultas, donde el responsable de tomar la decisión recaba nueva información, tantea a sus colaboradores, les invita a intercambiar ideas o nuevas orientaciones, asume que la responsabilidad es suya pero fomenta la participación – siempre teniendo presentes cuáles son los objetivos marcados – y, por último, comparte con todos su decisión. Al igual que en el caso anterior, de la decisión individual, este proceso de toma de decisiones aporta muchísima flexibilidad con la diferencia, que minimiza la posibilidad de error y no traslada a los empleados la percepción de que ellos no cuentan.

Frente a los dos modelos anteriores, podemos encontrarnos con una tercera vía. En este caso el responsable de la toma de decisiones reunirá a todos los implicados en este proceso de toma de decisión, expondrá los motivos que impulsan a intervenir y conjuntamente con su equipo definirán los objetivos. Una vez hecho esto, entre todos trazarán las estrategias y reasignarán la responsabilidad y compromisos que cada uno debe asumir en la nueva situación. Esta situación es la ideal para la mayor parte de las empresas y frente a situaciones de fuertes cambios – como los ocasionados la crisis financiera mundial – ya que nos permite recopilar toda la información necesaria, al tiempo que ofrece la oportunidad de decidir a cada implicado. A pesar de ser un sistema de toma de decisiones bastante lento, es uno de los más adecuados cuando el volumen de información a manejar es muy elevado ya que cada responsable de área ofrecerá una visión de la realidad y por tanto, la nueva orientación tendrá una percepción más completa de lo que realmente está ocurriendo en el negocio.

BENEFICIOS

El hecho de implicar a sus empleados en el proceso de toma de decisiones de la empresa es fundamental para el éxito de la misma. Por lo general, los empleadores se quejan de la falta de eficiencia y rendimiento de los trabajadores. ¿Se ha preguntado por qué es esto así?, ¿se ha planteado que ellos no rinden porque no se identifican con la dirección que les han dicho que deben tomar?, ¿ha pensado que quizá es necesario que usted se plantee cómo reaccionaría ante esas decisiones impuestas? Esta decisión es suya… y si acierta quizá sea la última que tenga que tomar en solitario.

VENTAJAS

  • Una mayor concentración de conocimientos, experiencias e información.
  • Una mayor variedad de puntos de vista.
  • Se facilita la aceptación de la solución final.
  •  Se reducen los problemas de comunicación.

DESVENTAJAS

  • La presión interna que se genera hasta la conclusión.
  • El predominio que ejercen los líderes informales del grupo sobre los demás.
  • La manipulación del compromiso, con la finalidad de llegar a una decisión más rápidamente.

Ahora bien, cómo debe actuar el líder, para lograr el éxito?  Considere estas opciones: 

  • Fijar un calendario de reuniones semanales para mantenerse informados sobre los avances y problemas que se presenten.
  • Durante las reuniones adoptar un enfoque para el diagnóstico de la solución de los problemas.
  • Desarrollo de la solución, sin una intervención dominante del líder del grupo que debe adoptar una posición más de apoyo que de intervención activa, dejando que el grupo sugiera y proponga, sin inmiscuirse directamente en los debates.
  • Discusión de la solución final.
  • Retroalimentación. Después de que se haya escogido e implantado una solución, el líder del grupo debe estar retroalimentando al mismo, sobre los avances, éxitos o fallas que se presenten.

El “Gran Secreto” de los líderes más renombrados en el mundo de los negocios y, que usted puede aplicarlo por su sencillez y eficacia, es sólo tener en cuenta aspectos tales como:

  • Factor tiempo
  • La posibilidad de obtener soluciones satisfactorias
  • Disposición a arriesgarse
  • Racionalización
  • Evite las decisiones suicidas
  • Confié en los procedimientos establecidos
  • Consulte a los demás
  • Considere el costo-beneficio con ética y honestidad
  • Recuerde que nadie siempre tiene la razón
  • Use técnicas para estimular el entusiasmo y desempeño
  • Liderazgo

En conclusión: Ante el tamaño descomunal de la crisis mundial, con la pérdida de mercados, la disminución de la  demanda, que ha llevado al cierre de empresas, con el consiguiente desempleo y, por ende la férrea lucha entre competidores por colocar sus productos, la óptima y sabia toma de decisiones debe estar orientada hacia la mejora continua; no hay alternativa. La vida es cambio constante, y si el emprendedor, sea este artesano, pequeño o mediano, cree en su capacidad de enfrentar con éxito las dificultades, los conceptos de motivación y de desafío personal continúan manteniendo su valor.

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